![Forjando un nuevo destino … || [Fatina Goldsoul] Empty](https://2img.net/i/fa/empty.gif)
Forjando un nuevo destino … || [Fatina Goldsoul]
2 participantes
:: Papelera
Página 1 de 1.
Forjando un nuevo destino … || [Fatina Goldsoul]
por Wylfred Brezen Dom Dic 15, 2013 3:06 pm
-Muchas gracias de nuevo, nos vemos mañana con suerte.
Fueron las palabras de agradecimiento de un joven soldado a un viejo amigo de sus padres, casi como un tío para él, dueño de un humilde puesto de alimentos que suministraba tanto ingredientes como platillos a un precio bastante razonable. Aquel perteneciente a la milicia disfrutaba ir a ese lugar todos los días luego de su entrenamiento matutino, donde era bien recibido tanto por el poco personal que atendía como por la clientela conformada por conocidos de la infancia, quienes no dudaban por llamarlo “Wyl”, diminutivo de su nombre, Wylfred.
-”Bueno... ahora a ponerse en marcha.”
Como parte de su rutina en los últimos dos meses, el soldado salía a las afueras del reino a llevar a cabo la tediosa y nada gratificante tarea de patrullar la entrada principal de Krerion, así como parte de sus alrededores, con el fin de reportar cualquier actividad sospechosa. En un principio sonaba como un trabajo sumamente arriesgado que pondría a prueba máxima sus habilidades de observación, reflejo y hasta posiblemente combate. Sin embargo, desde su segundo día cumpliendo con esa labor, se dio cuenta que el único desafío que conllevaba era no quedarse dormido recargado a una pared.
Ciertamente eran buenas noticias que la paz y la armonía abundaran tanto como el mismo aire, pero no se podía negar que eso hacía bastante aburrida la labor de Wylfred. Tampoco es como si quisiera verse involucrado en alguna especie de invasión por parte de algún clan enemigo o mucho menos, pero simplemente le resultaba tedioso y aburrido pasarse el día sin hacer nada, cuando podría darle más seguimiento a su entrenamiento, mejorar sus relaciones sociales con otras personas o simplemente hacer... lo que sea, cualquier cosa seguro sería más interesante.
Para su suerte lograba mantenerse cuerdo viendo algunos eventos que, si bien cualquier otro seguramente los catalogaría de insignificantes, para el resultaban dignos de su atención y hasta llegaban a entretenerlo algunos segundos. Un grupo de aves revoloteando por los árboles, roedores correteando por los prados, insectos luchando por su supervivencia o la enorme sombra proyectada por un aún más inmenso dragón dorado que se preparaba para descender allí mismo. Sí, eran el tipo de cosas que...
-”Esperen... ¡¿QUE?!”
Perplejo era la única forma en la que se podía describir al hace unos momentos aburrido patrullero; su mirada en el cielo incrédulo de contemplar tan majestuosa (y peligrosa) criatura. Para su suerte, su mente no fue completamente presa del miedo, razonando en que si la criatura fuera en verdad hostil, ya lo hubiera aniquilado a él y posiblemente medio reino consigo.
-”...Parece haber alguien acompañándolo.” - ¨Reflexionó luego de agudizar la vista y mirar una silueta sobre el lomo de aquella criatura. -”Imposible... ¿es acaso? … Lo es”
Si hacía unos momentos estaba atónito, Wylfred ahora simplemente no se podía poner en palabras su incredulidad. Una vez que el dragón descendió, fue capaz de verla claramente. Su cabello dorado, su resplandeciente armadura, su escultural belleza. Y considerando el detalle que era acompañada por el tipo de dragón más exótico conocido, no podía caber la menor duda. Se trataba de la mismísima reina, Fatina Goldsoul. ¿Estaba de paseo tal vez? ¿Algún evento del que no estaba informado iba a comenzar? ¿Y por que se le había quedando mirando al humilde soldado de cabello plateado? ¿Acaso... Acaso lo estaba buscando a él?
Reuniendo toda su compostura para no ponerse nervioso ante el honor de mirar frente a frente a la máxima expresión de la realeza, colocó un semblante serio pero respetuoso, respiró profundamente e hizo un sumo esfuerzo para articular sus palabras de manera serena y sin tartamudear con el fin de decir.
-Buenas tardes (Hace una reverencia) Wylfred Brezen a sus ordenes, su majestad
Fueron las palabras de agradecimiento de un joven soldado a un viejo amigo de sus padres, casi como un tío para él, dueño de un humilde puesto de alimentos que suministraba tanto ingredientes como platillos a un precio bastante razonable. Aquel perteneciente a la milicia disfrutaba ir a ese lugar todos los días luego de su entrenamiento matutino, donde era bien recibido tanto por el poco personal que atendía como por la clientela conformada por conocidos de la infancia, quienes no dudaban por llamarlo “Wyl”, diminutivo de su nombre, Wylfred.
-”Bueno... ahora a ponerse en marcha.”
Como parte de su rutina en los últimos dos meses, el soldado salía a las afueras del reino a llevar a cabo la tediosa y nada gratificante tarea de patrullar la entrada principal de Krerion, así como parte de sus alrededores, con el fin de reportar cualquier actividad sospechosa. En un principio sonaba como un trabajo sumamente arriesgado que pondría a prueba máxima sus habilidades de observación, reflejo y hasta posiblemente combate. Sin embargo, desde su segundo día cumpliendo con esa labor, se dio cuenta que el único desafío que conllevaba era no quedarse dormido recargado a una pared.
Ciertamente eran buenas noticias que la paz y la armonía abundaran tanto como el mismo aire, pero no se podía negar que eso hacía bastante aburrida la labor de Wylfred. Tampoco es como si quisiera verse involucrado en alguna especie de invasión por parte de algún clan enemigo o mucho menos, pero simplemente le resultaba tedioso y aburrido pasarse el día sin hacer nada, cuando podría darle más seguimiento a su entrenamiento, mejorar sus relaciones sociales con otras personas o simplemente hacer... lo que sea, cualquier cosa seguro sería más interesante.
Para su suerte lograba mantenerse cuerdo viendo algunos eventos que, si bien cualquier otro seguramente los catalogaría de insignificantes, para el resultaban dignos de su atención y hasta llegaban a entretenerlo algunos segundos. Un grupo de aves revoloteando por los árboles, roedores correteando por los prados, insectos luchando por su supervivencia o la enorme sombra proyectada por un aún más inmenso dragón dorado que se preparaba para descender allí mismo. Sí, eran el tipo de cosas que...
-”Esperen... ¡¿QUE?!”
Perplejo era la única forma en la que se podía describir al hace unos momentos aburrido patrullero; su mirada en el cielo incrédulo de contemplar tan majestuosa (y peligrosa) criatura. Para su suerte, su mente no fue completamente presa del miedo, razonando en que si la criatura fuera en verdad hostil, ya lo hubiera aniquilado a él y posiblemente medio reino consigo.
-”...Parece haber alguien acompañándolo.” - ¨Reflexionó luego de agudizar la vista y mirar una silueta sobre el lomo de aquella criatura. -”Imposible... ¿es acaso? … Lo es”
Si hacía unos momentos estaba atónito, Wylfred ahora simplemente no se podía poner en palabras su incredulidad. Una vez que el dragón descendió, fue capaz de verla claramente. Su cabello dorado, su resplandeciente armadura, su escultural belleza. Y considerando el detalle que era acompañada por el tipo de dragón más exótico conocido, no podía caber la menor duda. Se trataba de la mismísima reina, Fatina Goldsoul. ¿Estaba de paseo tal vez? ¿Algún evento del que no estaba informado iba a comenzar? ¿Y por que se le había quedando mirando al humilde soldado de cabello plateado? ¿Acaso... Acaso lo estaba buscando a él?
Reuniendo toda su compostura para no ponerse nervioso ante el honor de mirar frente a frente a la máxima expresión de la realeza, colocó un semblante serio pero respetuoso, respiró profundamente e hizo un sumo esfuerzo para articular sus palabras de manera serena y sin tartamudear con el fin de decir.
-Buenas tardes (Hace una reverencia) Wylfred Brezen a sus ordenes, su majestad
Wylfred Brezen
Re: Forjando un nuevo destino … || [Fatina Goldsoul]
por Game Master Dom Ene 05, 2014 3:53 am
Habían sido días algo extraños, muertos habían vuelto a la vida… memorias habían sido revividas, cosas que pusieron a la Elfa de buen humor, tanto que estaba disfrutando de un momento libre de esas molestas damas de compañía impuestas por esos enfadosos sujetos de la corte, que disfrutaban de hacer su vida imposible.
Fatina justo volvía de un paseo, cuando Gilgamesh comenzaría con una especie de berrinche…- “Estoy cansado de cargarte a ti y a tu pesada armadura… encima me haces cargar con esa maldita hacha que pesa lo mismo que tu…”-Fatina lo ignoro, pero el dragón continuo.- “Sé que quieres decir que ya casi llegamos… pero …”-Entonces comenzó a descender, hasta ir a parar en la entrada de la cuidad, la primera que vio, apenas sus enormes patas tocaron el suelo, la Elfa simplemente bajo de un salto, poniéndose de pie junto a la criatura dorada, ignorando lo que la rodeaba, murmuraría.- Eres un llorica… -Luego escucho una voz desconocida, su azulada mirada se fijó en aquel chico que al parecer hacia guardia, entonces la Elfa sonrió levemente mirándole, asintió levemente con la cabeza simplemente ignorando al dragón, quien se hizo a un lado del camino para echarse y fingir que dormía, aun tapaba el paso a los pocos transeúntes del lugar, aquella Elfa estaba por decir algo cuando, una voz ahora muy conocida, seguida de unos pesados pasos metálicos la interrumpieron e hicieron que su mirada se desviara hacia dentro de la cuidad, por donde se aproximaba el general del ejército, entonces una picara risita se le escapó a Gilgamesh y luego este le diría a su jinete mentalmente.- “Tu comité de bienvenida…”-La Elfa lo miro de reojo con molestia, luego se cruzó de brazos y espero a que el fornido elfo dorado se acercara a ella, era un paladín de armadura platinada, con decoraciones doradas y un fino grabado con unos vistosos leones en las hombreras, era seguido por 4 sujetos de armaduras plateadas, sin grabados, al detenerse el General, Los 4 recién llegados hicieron una reverencia a la rubia.
-Mi lady Fatina, La celebración empezara en unas horas, hemos sido enviados por su tío para asegurar su seguridad, y por sobre todo tenemos ordenes de que usted no abandone la cuidad hasta que pase el evento.- Diría aquel paladín, a quien la Elfa miro arqueando su ceja diestra, entonces recordó que había un sujeto en la entrada, a quien miro de reojo, luego sonrió.- Siento informarte, Mi querido Elros, que yo ya tengo guardia para este día… -con lentitud, camino hacia el chico de cabellos blancos, a quien con confianza paso su brazo diestro por encima de su hombro y le abrazo presumiéndolo al paladín enorme, quien los miraba serio y obviamente molesto, pues sabía que ahora la reina intentaría escapar de su vigilancia.- Creo que lo conoces es de tus chicos, su nombre es Wylfred Brezen, Lo mande traer para que me acompañe el resto del día. –Elros, miro al chico luego a la reina, tras un pesado suspiro, diría.- Pero Mi lady, son ordenes de su tío… no puede pasarlas por alto en este evento tan importante… Además ese chico es un novato, jamás podrá defenderla de algún peligro si usted llega… -El pelirrojo bajo la mirada algo apenado, luego de unos segundos recupero su confianza en sí mismo y volvió a mirar a los ojos a aquella Elfa, quien con molestia lo miraba, luego lentamente quito su brazo de alrededor del albino y simplemente se quedó mirando al Paladín, desafiante, quien continuo.- Si usted llega a escapar, en este día tan especial, para todo su pueblo. –Entonces Gilgamesh diría mentalmente a Fatina.- “Y… lo dijo…”-La Elfa miro hacia el dragón, luego miro a Elros.- Pero a pesar de ser un novato, seguro fue bien entrenado por ti o alguno de tus allegados y me hará volver a tiempo para nuestra celebración. –El paladín se cruzó de brazos mirando a su reina y luego al novato, intentando buscar como zafarse de esto para convencer a la reina de que no se fuera con aquel joven soldado.-
Fatina justo volvía de un paseo, cuando Gilgamesh comenzaría con una especie de berrinche…- “Estoy cansado de cargarte a ti y a tu pesada armadura… encima me haces cargar con esa maldita hacha que pesa lo mismo que tu…”-Fatina lo ignoro, pero el dragón continuo.- “Sé que quieres decir que ya casi llegamos… pero …”-Entonces comenzó a descender, hasta ir a parar en la entrada de la cuidad, la primera que vio, apenas sus enormes patas tocaron el suelo, la Elfa simplemente bajo de un salto, poniéndose de pie junto a la criatura dorada, ignorando lo que la rodeaba, murmuraría.- Eres un llorica… -Luego escucho una voz desconocida, su azulada mirada se fijó en aquel chico que al parecer hacia guardia, entonces la Elfa sonrió levemente mirándole, asintió levemente con la cabeza simplemente ignorando al dragón, quien se hizo a un lado del camino para echarse y fingir que dormía, aun tapaba el paso a los pocos transeúntes del lugar, aquella Elfa estaba por decir algo cuando, una voz ahora muy conocida, seguida de unos pesados pasos metálicos la interrumpieron e hicieron que su mirada se desviara hacia dentro de la cuidad, por donde se aproximaba el general del ejército, entonces una picara risita se le escapó a Gilgamesh y luego este le diría a su jinete mentalmente.- “Tu comité de bienvenida…”-La Elfa lo miro de reojo con molestia, luego se cruzó de brazos y espero a que el fornido elfo dorado se acercara a ella, era un paladín de armadura platinada, con decoraciones doradas y un fino grabado con unos vistosos leones en las hombreras, era seguido por 4 sujetos de armaduras plateadas, sin grabados, al detenerse el General, Los 4 recién llegados hicieron una reverencia a la rubia.
-Mi lady Fatina, La celebración empezara en unas horas, hemos sido enviados por su tío para asegurar su seguridad, y por sobre todo tenemos ordenes de que usted no abandone la cuidad hasta que pase el evento.- Diría aquel paladín, a quien la Elfa miro arqueando su ceja diestra, entonces recordó que había un sujeto en la entrada, a quien miro de reojo, luego sonrió.- Siento informarte, Mi querido Elros, que yo ya tengo guardia para este día… -con lentitud, camino hacia el chico de cabellos blancos, a quien con confianza paso su brazo diestro por encima de su hombro y le abrazo presumiéndolo al paladín enorme, quien los miraba serio y obviamente molesto, pues sabía que ahora la reina intentaría escapar de su vigilancia.- Creo que lo conoces es de tus chicos, su nombre es Wylfred Brezen, Lo mande traer para que me acompañe el resto del día. –Elros, miro al chico luego a la reina, tras un pesado suspiro, diría.- Pero Mi lady, son ordenes de su tío… no puede pasarlas por alto en este evento tan importante… Además ese chico es un novato, jamás podrá defenderla de algún peligro si usted llega… -El pelirrojo bajo la mirada algo apenado, luego de unos segundos recupero su confianza en sí mismo y volvió a mirar a los ojos a aquella Elfa, quien con molestia lo miraba, luego lentamente quito su brazo de alrededor del albino y simplemente se quedó mirando al Paladín, desafiante, quien continuo.- Si usted llega a escapar, en este día tan especial, para todo su pueblo. –Entonces Gilgamesh diría mentalmente a Fatina.- “Y… lo dijo…”-La Elfa miro hacia el dragón, luego miro a Elros.- Pero a pesar de ser un novato, seguro fue bien entrenado por ti o alguno de tus allegados y me hará volver a tiempo para nuestra celebración. –El paladín se cruzó de brazos mirando a su reina y luego al novato, intentando buscar como zafarse de esto para convencer a la reina de que no se fuera con aquel joven soldado.-
Game Master- Inmortal Object
Re: Forjando un nuevo destino … || [Fatina Goldsoul]
por Wylfred Brezen Lun Ene 06, 2014 10:52 pm
De a un lado a otro. Izquierda a derecha. De ida y de vuelta. La mirada del confundido soldado se posaba alternadamente en las dos impresionantes figuras que lo hacían sentir privilegiado de estar en el mismo perímetro que ellos. Por un lado, estaba la increíble presencia de la mismísima reina Fatina, a quien jamás había visto en persona… y tan de cerca. Desde luego que era cuidadoso con donde posar sus ojos, pero definitivamente la belleza de la elfa dorada perteneciente a la realeza lo había dejado anonadado, lo suficiente como para olvidarse del imponente dragón que la acompañaba o el prestigioso general de la milicia de paladines, a la que el pertenecía.
Hablando de este último individuo, también se le hacía difícil creer verlo tan de cerca. Salvo por algunos discursos de aliento (Que sentía no iban dirigidos para él sino para cadetes con más talento) en los que había sido capaz de verlo y escucharlo desde una distancia bastante lejana, Wylfred no tenía idea de quién era realmente el general Elros. Y posiblemente el sentimiento debía ser mutuo, después de todo ¿Por qué molestarse en relacionarse con alguien que apenas está comenzando y cuyo futuro es tan incierto? … Aunque por lo visto, después de hoy, el futuro del joven de cabellos plateados se volvería bastante interesante, le pese a quien le pese.
-“Por un lado tenemos a su majestad, la mismísima gobernante de Krerion a la que de una forma u otra, he jurado proteger y servir. Por otro lado está el líder y superior al que accedí obedecer y seguir toda orden… sin mencionar que de su opinión sobre mi depende si podré comer al día siguiente…mmm, decisiones”
Aunque seguía atento la conversación, Wylfred debía pensar con rapidez y cautela que es lo que haría a continuación. No faltaba mucho para que alguna de las dos eminencias volteara a verlo y esperar a que abriera la boca para dar una respuesta. Y tenía que ser una clara, ya que balbucear sin coherencia presa del nerviosismo solo le llevaría a quedar como un pobre diablo. Y ese tipo de cosas suelen saberse con rapidez. Las vergüenzas se esparcen más rápido que el fuego, siempre le ha dicho su padre.
-Pero a pesar de ser un novato, seguro fue bien entrenado por ti o alguno de tus allegados y me hará volver a tiempo para nuestra celebración.
-“!!!”
Era el momento. Un voto de confianza, una petición se le había hecho a la persona de Wylfred, aunque fuera de una forma un tanto indirecta… y obviamente con la intención de de rechazar la oferta del general Elros. El soldado no podía vanagloriarse de ser un prodigio o un genio como para, a su diminuto rango, ser capaz de cumplir una misión de escolta real. No obstante ¿Cómo rechazar hacerle un favor a la mismísima reina? Es más, su código de conducta le impediría rechazar acudir al auxilio de cualquier damisela que lo necesitara.
-General Elros, Señor - Dijo para luego realizar un saludo militar con sumo respeto, reconociendo la autoridad de su superior - -Me comprometo a cumplir con el importante deber que la mismísima reina me ha encomendado. He de acompañarla como su escolta y protegerla de cualquier mal, así como asegurarme que llegue a tiempo a cumplir con sus compromisos como soberana, señor.
- Me ánima su júbilo y determinación soldado, pero hasta usted debe entender que hay ciertas cosas para las cuales no está listo.
-Con todo respeto señor… jamás podré estarlo si huyo de cualquier responsabilidad que me parezca “demasiado”. Abandonar mi asignación ahora sería traicionar lo que se me ha enseñado en la academia. Mas le prometo que no fallaré en esta misión tan importante.
Llego un punto en el que Wylfred se dejó llevar y habló sin pensar demasiado. A lo mucho acomodar las palabras y usar sinónimos más refinados para no sonar como un insubordinado, pero igual no estaba seguro si la respuesta del general sería una bofetada al rostro por su obstrucción con las intenciones de Elros.
- … ¿Está completamente segura Mi lady? Cualquiera de mis otros hombres aquí presentes (Hace señal a los 4 hombres portando armaduras plateadas) están más capacitados para ser su escolta. Le pido que reflexione.
Los hombres que seguían a Elros miraban con confusión la situación. ¿Qué podía tener ese joven don nadie que ellos no? … ¿Qué podía tener él que la reina lo preferiría sobre el prestigioso general y líder de la milicia de paladines?
Por su parte, Wyl observaba la situación pensando en que sucedería ahora, ya que a fin de cuentas, la reina tendría la última palabra. Pero de terminar él como la escolta ¿Qué percebes se supone que haría?
”Espero enserio haber pensado esto tan claro como creí haberlo hecho hace 2 minutos”.
Hablando de este último individuo, también se le hacía difícil creer verlo tan de cerca. Salvo por algunos discursos de aliento (Que sentía no iban dirigidos para él sino para cadetes con más talento) en los que había sido capaz de verlo y escucharlo desde una distancia bastante lejana, Wylfred no tenía idea de quién era realmente el general Elros. Y posiblemente el sentimiento debía ser mutuo, después de todo ¿Por qué molestarse en relacionarse con alguien que apenas está comenzando y cuyo futuro es tan incierto? … Aunque por lo visto, después de hoy, el futuro del joven de cabellos plateados se volvería bastante interesante, le pese a quien le pese.
-“Por un lado tenemos a su majestad, la mismísima gobernante de Krerion a la que de una forma u otra, he jurado proteger y servir. Por otro lado está el líder y superior al que accedí obedecer y seguir toda orden… sin mencionar que de su opinión sobre mi depende si podré comer al día siguiente…mmm, decisiones”
Aunque seguía atento la conversación, Wylfred debía pensar con rapidez y cautela que es lo que haría a continuación. No faltaba mucho para que alguna de las dos eminencias volteara a verlo y esperar a que abriera la boca para dar una respuesta. Y tenía que ser una clara, ya que balbucear sin coherencia presa del nerviosismo solo le llevaría a quedar como un pobre diablo. Y ese tipo de cosas suelen saberse con rapidez. Las vergüenzas se esparcen más rápido que el fuego, siempre le ha dicho su padre.
-Pero a pesar de ser un novato, seguro fue bien entrenado por ti o alguno de tus allegados y me hará volver a tiempo para nuestra celebración.
-“!!!”
Era el momento. Un voto de confianza, una petición se le había hecho a la persona de Wylfred, aunque fuera de una forma un tanto indirecta… y obviamente con la intención de de rechazar la oferta del general Elros. El soldado no podía vanagloriarse de ser un prodigio o un genio como para, a su diminuto rango, ser capaz de cumplir una misión de escolta real. No obstante ¿Cómo rechazar hacerle un favor a la mismísima reina? Es más, su código de conducta le impediría rechazar acudir al auxilio de cualquier damisela que lo necesitara.
-General Elros, Señor - Dijo para luego realizar un saludo militar con sumo respeto, reconociendo la autoridad de su superior - -Me comprometo a cumplir con el importante deber que la mismísima reina me ha encomendado. He de acompañarla como su escolta y protegerla de cualquier mal, así como asegurarme que llegue a tiempo a cumplir con sus compromisos como soberana, señor.
- Me ánima su júbilo y determinación soldado, pero hasta usted debe entender que hay ciertas cosas para las cuales no está listo.
-Con todo respeto señor… jamás podré estarlo si huyo de cualquier responsabilidad que me parezca “demasiado”. Abandonar mi asignación ahora sería traicionar lo que se me ha enseñado en la academia. Mas le prometo que no fallaré en esta misión tan importante.
Llego un punto en el que Wylfred se dejó llevar y habló sin pensar demasiado. A lo mucho acomodar las palabras y usar sinónimos más refinados para no sonar como un insubordinado, pero igual no estaba seguro si la respuesta del general sería una bofetada al rostro por su obstrucción con las intenciones de Elros.
- … ¿Está completamente segura Mi lady? Cualquiera de mis otros hombres aquí presentes (Hace señal a los 4 hombres portando armaduras plateadas) están más capacitados para ser su escolta. Le pido que reflexione.
Los hombres que seguían a Elros miraban con confusión la situación. ¿Qué podía tener ese joven don nadie que ellos no? … ¿Qué podía tener él que la reina lo preferiría sobre el prestigioso general y líder de la milicia de paladines?
Por su parte, Wyl observaba la situación pensando en que sucedería ahora, ya que a fin de cuentas, la reina tendría la última palabra. Pero de terminar él como la escolta ¿Qué percebes se supone que haría?
”Espero enserio haber pensado esto tan claro como creí haberlo hecho hace 2 minutos”.
Wylfred Brezen
Re: Forjando un nuevo destino … || [Fatina Goldsoul]
por Game Master Dom Ene 25, 2015 6:19 pm
-Escucho lo que Wyl le dijo a Elros y sonrio ampliamente, Cuando el chico termino, la Efla miro a Elros sonriendole con notorio sarcasmo.-Ves, me gusta su actitud, No piensa como tu! asi que.. Me lo llevo! –Dijo la Elfa con autoridad, entonces dio la espalda a aquel general y sus súbditos, para después solamente acercarse a Gilgamesh y acariciando un costado de la cabeza del dragón, continuo antes de alguien más dijera algo.- Elros, iré a la sala para hablar con los grandes jefes, mientras tu… -Giro un poco para mirar al chico algo pensativa, incluso parecía confundida, la verdad era que Fatina era muy mala con los nombres de los demás, pero Gilgamesh la salvo de nuevo.- “Se llama Wylfred…”
-Oh, cierto, Wyl, alístate para un viaje largo, ustedes dos… -Uso su mano izquierda para señalar a un par de los soldados que acompañaban a Elros.- descarguen mi dragón y vuélvanlo a cargar, pero antes de volverlo a cargar, denle un baño, que apesta...- Gilgamesh bufo y luego rodo los ojos, entonces se sentó y se quedó quieto esperando, La rubia miro a Elros y sonrió levemente, para después seguirla, entonces Elros miro a sus otros dos soldados, solo para indicarle a un chico castaño.- Acompaña al Joven Brezen… -Se lo dijo en voz baja pero no fue algo que la reina no escuchara, así que fingiendo demencia, solo continuo dando órdenes.- Oh y … -Miraría a Elros y a sus dos caballeros.- Elros, podrían tus otros dos hombres traer mi equipamiento? Mi hacha necesita filo y mi arco de caza se rompió, necesito que los arreglen para mi viaje.-Elros de no muy buena gana asintió, y basto esa seña para que sus hombre simplemente se pusieran a hacer lo que la reina les había ordenado, entonces la rubia miro de nuevo a su general- Bueno Elros, solo quedamos tu y yo.. Podrías escoltarme a la gran sala, se dónde queda, pero después de todo es tu trabajo, no es así? –Le sonrió algo picara al Elfo, quien asintió y comenzó su andar, pero la rubia antes de caminar miro de reojo a Wyl y le sonrió de medio lado, para después guiñarle un ojo, entonces mentalmente le diría a Gilgamesh.- “Entretén a esos cuatro… no quiero que molesten al chico, no tardare…” –Gilgamesh solo asintió levemente y se quedaría esperando mirando curioso a los cuatro sujetos que estaban desocupando sus bolsos y montura, mientras su jinete haría lo que debía hacer.
-Oh, cierto, Wyl, alístate para un viaje largo, ustedes dos… -Uso su mano izquierda para señalar a un par de los soldados que acompañaban a Elros.- descarguen mi dragón y vuélvanlo a cargar, pero antes de volverlo a cargar, denle un baño, que apesta...- Gilgamesh bufo y luego rodo los ojos, entonces se sentó y se quedó quieto esperando, La rubia miro a Elros y sonrió levemente, para después seguirla, entonces Elros miro a sus otros dos soldados, solo para indicarle a un chico castaño.- Acompaña al Joven Brezen… -Se lo dijo en voz baja pero no fue algo que la reina no escuchara, así que fingiendo demencia, solo continuo dando órdenes.- Oh y … -Miraría a Elros y a sus dos caballeros.- Elros, podrían tus otros dos hombres traer mi equipamiento? Mi hacha necesita filo y mi arco de caza se rompió, necesito que los arreglen para mi viaje.-Elros de no muy buena gana asintió, y basto esa seña para que sus hombre simplemente se pusieran a hacer lo que la reina les había ordenado, entonces la rubia miro de nuevo a su general- Bueno Elros, solo quedamos tu y yo.. Podrías escoltarme a la gran sala, se dónde queda, pero después de todo es tu trabajo, no es así? –Le sonrió algo picara al Elfo, quien asintió y comenzó su andar, pero la rubia antes de caminar miro de reojo a Wyl y le sonrió de medio lado, para después guiñarle un ojo, entonces mentalmente le diría a Gilgamesh.- “Entretén a esos cuatro… no quiero que molesten al chico, no tardare…” –Gilgamesh solo asintió levemente y se quedaría esperando mirando curioso a los cuatro sujetos que estaban desocupando sus bolsos y montura, mientras su jinete haría lo que debía hacer.
Game Master- Inmortal Object
Contenido patrocinado
:: Papelera
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.|
|
|